sábado, 21 de diciembre de 2024

ORIGINAL ARTICLES • Articles in Press 114443 • December 20, 2024

Incidencia y factores de riesgo de hipertensión en niños con síndrome nefrótico

Cal Robinson, Stéphanie Wagner, Nowrin Aman, Chia Wei Teoh, Jovanka Vasilevska-Ristovska, Rulan S. Parekh, et al.
The Journal of Pediatrics Articles in Press E-mail Alert - December 21, 2024

RESUMEN

Objetivos
Determinar la incidencia y los factores de riesgo de hipertensión en el síndrome nefrótico infantil.

Diseño del estudio
Utilizando datos del estudio Insight into Nephrotic Syndrome (INSIGHT), una cohorte observacional prospectiva de síndrome nefrótico infantil de Toronto, Canadá, evaluamos la incidencia de hipertensión y el tiempo hasta la hipertensión en general y estratificada por 1) resistencia a esteroides o sensibilidad a esteroides, y 2) recaídas frecuentes, dependencia de esteroides o recaídas infrecuentes. La hipertensión se definió como presión arterial hipertensiva en etapa 1-2 en dos visitas consecutivas o inicio de medicación antihipertensiva.

Resultados
Incluimos a 748 niños con síndrome nefrótico desde 1996 hasta 2023. La mediana de edad (cuartil 1-3 [Q1-3]) en el momento del diagnóstico fue de 4 (2,8-6) años, 473 (63%) niños eran varones y 240 (32%) eran de etnia del sur de Asia. Cuarenta (5%) niños eran resistentes a los esteroides, 177 (24%) dependientes de esteroides, 113 (15%) con recaídas frecuentes y 418 (56%) con recaídas poco frecuentes. La mediana de seguimiento fue de 5,2 años (Q1-3 3,0-9,3). Durante el seguimiento, 393 (53%) niños desarrollaron hipertensión o iniciaron un tratamiento con medicación antihipertensiva (tasa de incidencia de 8,2 por 100 personas-año, IC del 95% 7,4-9,1). La hipertensión fue más común entre los niños con resistencia a los esteroides que entre los sensibles a los esteroides (70% frente a 52%; HR ajustado 1,47, IC del 95% 1,00-2,17). La hipertensión también fue más común en los niños dependientes de los esteroides (67%; HR ajustado 1,81, IC del 95% 1,43-2,30) y con recaídas frecuentes (63%; HR ajustado 1,64, IC del 95% 1,23-2,18), que en los que recaían con poca frecuencia (42%). Entre los pacientes sensibles a los esteroides, un mayor puntaje Z del IMC y el centro académico también fueron factores de riesgo significativos de hipertensión.

Conclusiones
La mitad de los niños con síndrome nefrótico desarrollan hipertensión. Los niños que son resistentes a los esteroides, dependientes de los esteroides, que sufren recaídas frecuentes o que son obesos son los que corren mayor riesgo. Se justifica una vigilancia estrecha de la presión arterial para identificar y tratar la hipertensión.

Palabras clave
Síndrome nefrótico; niños; pediátrico; hipertensión; presión arterial; hipertensión arterial

viernes, 20 de diciembre de 2024

ORIGINAL ARTICLES • Volume 278 114412 • March 2025
Trastornos del sueño cinco años después de convulsiones neonatales agudas provocadas
Renée A. Shellhaas, Linda S. Franck, Betsy Pilon, Madison M. Berl, Charles E. McCulloch, Hannah C. Glass, et al.
The Journal of Pediatrics (Volume 278) - Published Articles Alert - December 15, 2024

RESUMEN

Objetivo
Evaluar si el sueño anormal está asociado con resultados adversos para los niños que sobrevivieron a convulsiones neonatales agudas provocadas y sus padres.

Diseño del estudio
Este estudio de 9 centros realizó un seguimiento prospectivo de recién nacidos con convulsiones agudas provocadas. Cuando los niños cumplieron 5 años, los padres completaron el Cuestionario de hábitos de sueño infantil (CSHQ), la subescala del Cuestionario de sueño pediátrico: trastornos respiratorios relacionados con el sueño (PSQ-SRBD), las Escalas de comportamiento adaptativo de Vineland-3 y la Escala de ansiedad y depresión hospitalaria. También se evaluó a los niños con la Escala de inteligencia preescolar y primaria de Wechsler-IV (WPPSI-IV). Se utilizaron correlaciones de Spearman y análisis multivariables para evaluar los factores de riesgo de los problemas de sueño.

Resultados
La puntuación media del CSHQ fue de 45 ± 7; 77 de 118 niños (65%) tuvieron una puntuación anormal (por encima del umbral de sueño saludable de 41). En el PSQ-SRBD, 32 de 119 niños (27%) dieron positivo para trastornos respiratorios del sueño (TRS). Los síntomas de TRS fueron más comunes entre los niños con parálisis cerebral (42% con frente a 22% sin; P  = .03) y epilepsia (54% con frente a 24% sin; P  = .02). Los niños con puntuaciones más bajas en el Vineland-3 (rho  = −0,25; P  = .01) y el WPPSI-IV (rho  = −0,31; P  = .004) a los 5 años de edad tenían más probabilidades de tener síntomas de TRS. Las peores puntuaciones en el CSHQ y el PSQ-SRBD se asociaron con una mayor ansiedad parental (rho  = 0,28 [ P  = 0,002] y rho  = 0,34 [ P  = 0,0002], respectivamente) y puntuaciones de depresión en la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (rho  = 0,16 [ P  = 0,08] y rho  = 0,17 [ P  = 0,07], respectivamente).

Conclusiones
Dos tercios de los sobrevivientes de convulsiones neonatales agudas provocadas en edad escolar temprana tenían anomalías del sueño informadas por los padres y una cuarta parte dio positivo en la prueba de detección de trastornos del sueño. La detección temprana y el tratamiento eficaz de los trastornos del sueño podrían ser un enfoque innovador que cambie la práctica para mejorar los resultados después de las convulsiones neonatales.

jueves, 14 de noviembre de 2024

Aspectos destacados

de la actualización detallada del 2024 de la American Heart Association y la American Academy of Pediatrics sobre circunstancias especiales: reanimación tras un ahogamiento: una actualización de American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care

La American Heart Association agradece a las siguientes personas por su colaboración en la elaboración de esta publicación: Tracy E. McCallin, MD; Cameron Dezfulian, MD; Joost Bierens, MD, PhD, MCPM; Cody L. Dunne, MD; Ahamed H. Idris, MD; Andrew Kiragu, MD; Melissa Mahgoub, PhD; Rohit P. Shenoi, MD; David Szpilman, MD; Mark Terry, MPA, NRP; Janice A. Tijssen, MD, MSc; Joshua M. Tobin, MD, MSc; Alexis A. Topjian, MD, MSCE y el equipo del proyecto de actualizaciones detalladas de las Guías de la AHA.

Texto completo:

sábado, 5 de octubre de 2024

Revisión

El lactante con sibilancias: un punto de vista desde los países de ingresos bajos y medios

Helena Teresinha Mocelin, Luiz Vicente Ribeiro Ferreira da Silva Filho, José A. Castro-Rodríguez, Edgar E. Sarria, Gilberto Bueno Fischer
Paediatric Respiratory Reviews, Vol 51, September 2024, Pages 32-37

Aspectos destacados
•Las sibilancias infantiles constituyen un importante problema de salud pública mundial en los países de ingresos medios-bajos (LIMCS).
•Es fundamental determinar si la definición correcta es sibilancia.
•Se debe realizar un diagnóstico diferencial de las causas de las sibilancias y otros ruidos.
•Las sibilancias recurrentes [RW] en lactantes pueden justificar una prueba terapéutica con esteroides inhalados.
•En los países de bajos y medianos ingresos, las RW se pueden prevenir reduciendo factores ambientales como el tabaquismo.
•La exposición temprana a una infección viral es una causa prevenible de RW.
 
Resumen
 
Objetivo
Revisar la evidencia reciente en la literatura sobre diversos aspectos de las sibilancias recurrentes/severas en niños menores de 3 años en los LMICS.
 
Fuentes
Revisión no sistemática que incluyó artículos en inglés. Seleccionamos principalmente publicaciones de los últimos 5 años. Se incluyeron en la búsqueda estudios sobre epidemiología, etiología, diagnóstico, tratamiento y prevención. Revisamos los diagnósticos diferenciales de las sibilancias que se centraron en los países de ingresos bajos y medios. También revisamos aspectos de prevención.
 
Resumen de los hallazgos
Muchos estudios epidemiológicos han mostrado un número variable pero significativo de casos de lactantes con sibilancias en los países de bajos y medianos ingresos en comparación con otros países.
El diagnóstico diferencial de las causas de sibilancias en este grupo de edad es obligatorio, teniendo en cuenta las instalaciones locales.
Se han estudiado en profundidad pocas opciones de tratamiento para este grupo de edad. En los países de ingresos bajos y medios, se podría considerar un enfoque pragmático, como se describe en el artículo.
Es difícil estudiar la prevención primaria de las sibilancias y la prevención secundaria (principalmente ambiental) puede tener algún impacto.
Se presenta un enfoque esquemático para las sibilancias recurrentes, que tiene en cuenta entornos con recursos limitados.
 
Conclusión
La presencia de sibilancias graves o recurrentes en niños menores de 3 años es un problema clínico frecuente en los países de ingresos bajos y medios. Se necesitan estudios en este grupo de edad para reducir la morbilidad significativa. Es posible reducir la alta incidencia de sibilancias en este grupo de edad seleccionando el fenotipo que pueda responder a los esteroides inhalados.

Texto completo:

domingo, 18 de agosto de 2024

ARTÍCULOS ORIGINALES Volumen 274 114217 Noviembre 2024

Electroencefalograma nocturno para predecir el desarrollo de la epilepsia en niños con trastornos del espectro autista

Atsuro Daida, Shingo Oana, Divya Nadkarni, Raman Sankar, Pantea S. Hannauer, Hiroki Nariai, et al.
J Pediatr. 2024; Published online July 27, 2024

Resumen
Objetivo
Establecer la utilidad del electroencefalograma (EEG) a largo plazo para pronosticar la aparición de epilepsia en niños con trastorno del espectro autista (TEA).

Diseño del estudio
Se realizó un análisis retrospectivo de una sola institución de niños con TEA, examinando registros de EEG nocturnos a largo plazo recopilados durante un período de 15 años. Se examinaron los hallazgos clínicos del EEG, la demografía de los pacientes, los historiales médicos y datos adicionales del Programa de Observación Diagnóstica del Autismo. Los predictores del momento de aparición de la epilepsia se evaluaron mediante análisis de supervivencia y regresión de Cox.

Resultados
Entre 151 pacientes, el 17,2% (n = 26) desarrolló convulsiones no provocadas (grupo Sz), mientras que el 82,8% (n = 125) no las desarrolló (grupo no Sz). El grupo Sz mostró un mayor porcentaje de descargas epileptiformes interictales (DEI) en sus EEG iniciales en comparación con el grupo no Sz (46,2% frente a 20,0%, P  = 0,01). El grupo Sz también exhibió una mayor frecuencia de enlentecimiento (42,3% frente a 13,6%, P  < 0,01). La presencia de DEI o enlentecimiento predijo un inicio más temprano de las convulsiones, según el análisis de supervivencia. La regresión de riesgos proporcionales de Cox multivariada reveló que la presencia de cualquier IED (HR 3,83; IC del 95 % 1,38-10,65; P  = 0,01) o cualquier enlentecimiento (HR 2,78; IC del 95 % 1,02-7,58; P  = 0,046) aumentó significativamente el riesgo de desarrollar convulsiones no provocadas.

Conclusión
Los EEG a largo plazo son valiosos para predecir la futura epilepsia en niños con TEA. Estos hallazgos pueden orientar a los médicos en la educación temprana y en las posibles intervenciones para la prevención de la epilepsia.

Palabras clave
IED, EEG de largo plazo, ondas lentas


lunes, 27 de mayo de 2024

ARTÍCULOS ORIGINALES | VOLUMEN 272, 114087, SEPTIEMBRE 2024

Edad del niño y riesgo de error de medicación: un estudio de un Hospital Infantil Multisitio


Tim Badgery-Parker, Ling Li, Erin Fitzpatrick, Virginia Mumford, Magdalena Z. Raban, Johanna I. Westbrook
Acceso abierto. Publicado: 03 de mayo de 2024. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2024.114087

RESUMEN

Objetivo

El objetivo de este estudio fue examinar las asociaciones entre la edad del paciente y los errores de medicación entre pacientes pediátricos hospitalizados.

Diseño del estudio

Análisis secundario de conjuntos de datos generados en 2 hospitales pediátricos terciarios: (1) errores de prescripción identificados a partir de revisiones de historias clínicas de pacientes en 9 salas generales del hospital A durante el 22 de abril al 10 de julio de 2016, el 20 de junio al 20 de septiembre de 2017 y el 20 de junio al 30 de septiembre de 2020; errores de prescripción de 5 salas del hospital B en los mismos períodos y (2) errores de administración de medicamentos evaluados mediante observación prospectiva directa de 5137 administraciones en 9 salas del hospital A. Los modelos multinivel examinaron la asociación entre la edad del paciente y los errores de medicación. La edad se modeló utilizando splines cúbicos restringidos para permitir la no linealidad.

Resultados

Los errores de prescripción aumentaron de forma no lineal con la edad del paciente (p  = 0,01), mostrando poca asociación entre los 0 y los 3 años y luego aumentando con la edad hasta alrededor de los 10 años y permaneciendo constantes durante la adolescencia. Los errores de administración aumentaron con la edad del paciente, sin asociación desde 0 hasta alrededor de 8 años y luego un aumento constante con la edad (P  = 0,03). La asociación difirió según la vía: lineal para la vía oral, sin asociación para las infusiones intravenosas y en forma de U para las inyecciones intravenosas.

Conclusiones

La mayor edad es un factor de riesgo no reconocido de error de medicación en las salas generales de los hospitales pediátricos. Los factores que contribuyen al riesgo pueden ser los perfiles clínicos de estos niños mayores o el nivel general de atención prestada a las prácticas de medicación para este grupo. Una mayor investigación puede permitir el diseño de intervenciones más específicas para reducir los errores.

Palabras clave: errores de medicación, niño, pacientes hospitalizados

sábado, 23 de marzo de 2024

ORIGINAL ARTICLES | ARTICLES IN PRESS, 114027

Dermatitis atópica en la primera infancia y riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal: un estudio de cohorte de nacimientos escandinavos


Tereza Lerchova, Ketil Størdal, Björn Andersson, Johnny Ludvigsson, Karl Mårild
The Journal of Pediatrics March 21, 2024
Publicado: 21 de marzo de 2024 DOI: https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2024.114027
 
Resumen
Objetivo
Examinar la asociación entre las manifestaciones atópicas en las primeras etapas de la vida y el riesgo posterior de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), para la cual los datos prospectivos son escasos.
 
Diseño del estudio
Las cohortes poblacionales Todos los bebés en el sudeste de Suecia (ABIS) y Noruega de madres, padres e hijos (MoBa) siguen a los niños desde el nacimiento (ABIS 1997-1999; MoBa 2000-2009) hasta finales de 2021. Según cuestionarios validados, los padres informaron prospectivamente información sobre asma, síntomas alérgicos relacionados con los alimentos, dermatitis atópica y rinitis alérgica a los 3 años. La EII se definió por ≥2 registros de diagnóstico en los registros sanitarios nacionales. La regresión de Cox estimó los índices de riesgo ajustados (aHR) para la EII de los padres, la atopia, el nivel educativo, el hábito de fumar y el origen nacional. Las estimaciones específicas de cohortes se agruparon mediante un modelo de efectos aleatorios.
 
Resultados
Recopilamos datos sobre 83.311 niños (ABIS, n = 9.041; MoBa, n = 74.270). En más de 1.174.756 años-persona de seguimiento, se diagnosticó EII a 301 participantes. Los niños con dermatitis atópica a los 3 años tenían un mayor riesgo de EII (aHR combinado = 1,46 [intervalo de confianza [IC] del 95 % = 1,13-1,88]), enfermedad de Crohn (aHR combinado = 1,53 [IC del 95 % = 1,04-2,26]) y colitis ulcerosa (aHR combinado = 1,78 [IC 95 % = 1,15-2,75]). Por el contrario, cualquier manifestación atópica a los 3 años no se asoció con la EII (aHR combinado = 1,20 [IC 95 % = 0,95-1,52]), ni los análisis se centraron específicamente en los síntomas alérgicos, el asma y la rinitis alérgica relacionados con los alimentos en los primeros años de vida.
 
Conclusión
Si bien las manifestaciones atópicas en la primera infancia en general no se asociaron con la EII, los niños con dermatitis atópica específicamente tenían un mayor riesgo de desarrollar EII, lo que sugiere rasgos etiológicos compartidos; Estos hallazgos podrían ser útiles para identificar personas en riesgo de padecer EII.

martes, 5 de marzo de 2024

ARTÍCULOS ORIGINALES | ARTÍCULOS EN PRENSA, 114004
Correlaciones clínicas y prevalencia de la selectividad alimentaria en niños con trastorno del espectro autista

Megan L. Wenzell, Stormi L. Pulver, Meara XH McMahon, Lawrence Scahill, Valerie Volkert, William G. Sharp
J Pediatr 2024. Publicado: 03 de marzo de 2024 

Resumen
Objetivo
Examinar los correlatos clínicos y la prevalencia de la selectividad alimentaria (SA), es decir, dieta autorrestringida, renuencia a probar nuevos alimentos, en niños con trastorno del espectro autista (TEA) determinados en una clínica general de autismo para pacientes ambulatorios.

Diseño del estudio
Un equipo multidisciplinario (enfermera pediátrica, psicóloga y dietista) evaluó los antecedentes médicos y psicosociales y los hábitos alimentarios de 103 niños con TEA (edad media = 5,8 + 2,2 años; rango 2-10). Los padres calificaron el comportamiento de los niños a la hora de comer en el Inventario breve de comportamiento a la hora de comer con autismo (BAMBI) y el comportamiento disruptivo en la Lista de verificación de comportamiento aberrante (ABC). Se recogieron medidas de altura y peso. Los niños se clasificaron como SA o no SA según el consumo informado por los padres y el comportamiento a la hora de comer. Se utilizó un recordatorio dietético de 24 horas para registrar porcentajes de ingesta <80%. Se utilizaron regresión logística y modelos multivariables para evaluar las correlaciones clínicas con la SA.

Resultados
De 103 niños, el 45,6% (n =47) fueron clasificados como SA; 54,4% (n =56) sin SA. Después de ajustar por posibles factores de confusión, las probabilidades de SA aumentaron en 1,91 (IC del 95%: 1,38, 2,64, p <0,001) por cada aumento de media DE en la puntuación total BAMBI y en 1,35 (IC del 95%: 1,05, 1,74, p = 0,020) por cada aumento de media DE en Hiperactividad/Incumplimiento ABC. No se identificaron diferencias grupales en antropometría o ingesta nutricional.

Conclusiones
La SA en niños con TEA se asoció fuertemente con una mayor gravedad de las conductas disruptivas a la hora de comer y de hiperactividad/incumplimiento. La SA no se asoció con la antropometría ni con la ingesta nutricional.

lunes, 26 de febrero de 2024

¡El oxígeno también es tóxico en los niños mayores!

Publicado el 22 de febrero de 2024 por Keith Barrington

Un nuevo ECA de gran tamaño realizado en UCIP del Reino Unido comparó aleatoriamente dos rangos objetivo de saturación, 88-92 y >94%. (Peters MJ, et al. Conservative versus liberal oxygenation targets in critically ill children (Oxy-PICU): a UK multicentre, open, parallel-group, randomised clinical trial. Lancet. 2024;403(10424):355-64). Los niños <16 años de edad ventilados con oxígeno suplementario fueron aleatorizados dentro de las 6 horas posteriores al ingreso. La intervención se detuvo cuando el niño fue extubado. El resultado primario fue "la duración del soporte de órganos" hasta 30 días después del ingreso. Este fue “un criterio de valoración basado en rangos con la muerte en el día 30 o antes como el peor resultado (una puntuación que equivale a 31 días de soporte de órganos), y a los sobrevivientes se les asignó una puntuación entre 1 y 30 dependiendo del número de días calendario de soporte de órganos”. apoyo recibido. El soporte de órganos... incluía soporte respiratorio... soporte cardiovascular... y soporte renal. Otros componentes del soporte de órganos incluyeron analgesia o sedación, exanguinotransfusión, soporte neurológico y soporte metabólico”.
Se aleatorizaron 2040 pacientes y se incluyeron datos de 1872 de ellos (más sobre eso en un momento), la mitad de los niños tenían <1 año de edad.
Las diferencias en los resultados fueron pequeñas, pero hubo una reducción en el resultado primario adverso,


El tamaño del efecto se expresa de una manera que me resulta difícil de entender, es “un índice probabilístico de 0,53 (IC 95% 0,50–0,55; p=0,04 prueba de suma de rangos de Wilcoxon) lo que indica una mayor probabilidad de un mejor resultado en el grupo de oxigenación conservadora”.

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miércoles, 7 de febrero de 2024

El cambio climático impacta la infancia


Yohannessen K

Medwave, January 2024; Vol 24, Issue 1

En su último informe, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) afirmó que desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal impulsor del cambio climático a través de modificaciones antropogénicas persistentes en la composición de la atmósfera o el uso de la tierra.1 El calentamiento global ha provocado sequías y desertificación, acidificación de los océanos, derretimiento de los polos, aumento del nivel del mar y aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos (temperaturas extremas, fuertes lluvias e inundaciones, incendios forestales). Los daños evidentes a los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad tienen consecuencias devastadoras para la salud, el bienestar y las condiciones de vida de la población.1,2
 
El cambio climático representa uno de los principales desafíos para la salud pública por sus impactos directos. Estos están relacionados con lesiones, enfermedades, agravamiento de comorbilidades y muertes por eventos climáticos extremos. Por otro lado, los impactos indirectos actúan a través de los sistemas naturales, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias, enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua y enfermedades transmitidas por vectores.3
 
El cambio climático es la mayor amenaza que enfrentan los niños y jóvenes del mundo. Esta porción de la población es más vulnerable a los efectos del cambio climático en la salud por cuatro razones principales:
 
1.    Tienen menos capacidad para soportar físicamente fenómenos meteorológicos extremos.
2.    Tienen sistemas fisiológicos que aún están en desarrollo y sus cuerpos se adaptan a un ritmo más lento, lo que los hace más susceptibles a las enfermedades relacionadas con el clima.
3.    Corren mayor riesgo que los adultos de morir a causa de enfermedades sensibles al clima y fenómenos meteorológicos extremos.
4.    Tienen toda la vida por delante; La exposición a la degradación ambiental y sus efectos a una edad temprana puede afectar negativamente su vida adulta.4,5
 
Como profesionales de la salud y equipos de salud infantil, debemos asegurar que se tomen medidas de adaptación sanitaria en respuesta a los efectos del cambio climático para que los sistemas de salud estén preparados para atender a los niños y adolescentes afectados por impactos directos e indirectos en la salud. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha reconocido que el cambio climático plantea riesgos importantes para la salud y el bienestar de la población, especialmente de los niños y adolescentes. También exige esfuerzos por parte de las autoridades sanitarias para crear sistemas de salud resilientes al clima que puedan anticipar, prepararse, prevenir, responder y recuperarse rápidamente de los riesgos climáticos. Algunos aspectos esenciales de estos sistemas son:
 
1.    Preparar la infraestructura sanitaria, garantizando instalaciones más seguras y operativas durante y después de los eventos climáticos.
2.    Capacitar y sensibilizar al personal de salud para reconocer los signos y síntomas de condiciones de salud relacionadas con el clima.
3.    Identificar eventos sensibles y riesgos por área geográfica para anticipar eventos de salud específicos.
4.    Implementar sistemas de vigilancia para anticiparse y preparar los establecimientos de salud.
5.    Empoderar, educar y crear conciencia entre los representantes locales de salud, incluidos niños y adolescentes.3
 
Si bien los impactos directos e indirectos del cambio climático en la salud de niños y adolescentes son significativos, no podemos pasar por alto sus impactos en los determinantes sociales de la salud que afectan las condiciones en las que los niños nacen y crecen y que amenazan con revertir los avances logrados en términos de salud y bienestar infantil.
 
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha sido enfático al afirmar que la crisis climática es una crisis de derechos de los niños y que el cambio climático puede amplificar las vulnerabilidades de los niños que ya viven en circunstancias peligrosas. Algunos de los derechos de los niños amenazados o vulnerados por el cambio climático son:
 
Derecho a la salud. La falta de preparación de los sistemas y servicios de salud debido a los daños a la infraestructura sanitaria hace que las intervenciones de emergencia sean menos efectivas o inexistentes.
 
Derecho a la vida y a la supervivencia. Los fenómenos meteorológicos extremos ponen en peligro directa e indirectamente la vida y la supervivencia de niños, niñas y adolescentes y sus familias.
 
Derecho a un ambiente sano y seguro. La degradación ambiental causada por el cambio climático afecta el entorno donde los niños y adolescentes nacen, aprenden, juegan y se desarrollan. Además, cuando un lugar se vuelve inseguro, muchas familias se ven obligadas a mudarse y los niños y adolescentes se ven obligados a abandonar sus escuelas y comunidades, lo que afecta su educación y bienestar.
 
Derecho a la alimentación. El cambio climático afecta la producción de alimentos, provocando escasez de alimentos y aumentos de precios, aumentando la desnutrición infantil, retraso en el crecimiento y vulnerabilidad a las enfermedades.
 
Derecho a la educación. Los fenómenos meteorológicos extremos suelen perturbar la educación de niños y adolescentes (escuelas dañadas por inundaciones e incendios, entre otros), provocando la pérdida de oportunidades de aprendizaje. Por otro lado, las temperaturas extremas y el humo de los incendios podrían hacer que las aulas sean inseguras o inadecuadas para el aprendizaje.
 
Derecho a la participación. Los niños y adolescentes suelen quedar excluidos de las decisiones relacionadas con el cambio climático, aunque su futuro esté en juego.
 
Todos estos derechos amenazados y violados son perjudiciales para la salud, el desarrollo cognitivo y los resultados de aprendizaje actuales y futuros de este grupo de edad, lo que en última instancia afecta el logro educativo y las oportunidades laborales posteriores.4,5
 
Los profesionales de la salud y los equipos de salud infantil deben garantizar medidas de adaptación en todos los sectores. Esto exige poner “la salud en todas las políticas” para abordar los impactos del cambio climático en el desarrollo saludable de niños y adolescentes de cara al futuro. En otras palabras, debemos considerar cómo la preparación para los impactos indirectos actuales del cambio climático beneficiará a los futuros adultos y a las próximas generaciones. El trabajo interdisciplinario e intersectorial es esencial para construir intervenciones de salud pública coordinadas y simultáneas, con diferentes sectores que aprecien las complejas circunstancias causales e impactos del cambio climático. Todas estas acciones deben incluir también un enfoque de justicia ambiental, dado que los efectos del cambio climático no se distribuyen uniformemente entre los territorios, las regiones y el mundo. Asimismo, los riesgos también se han distribuido de manera desigual dentro y entre las poblaciones.5,6
 
Las acciones de mitigación del cambio climático son parte de las medidas preventivas que podrían prevenir problemas de salud en niños y adolescentes en lugar de tratarlos. Para ello es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes ambientales, lo que en salud pública se conoce como abordar "las causas de las causas". Como profesionales de la salud y equipos de salud infantil, debemos velar por que se prevenga el avance del cambio climático. Para ello es necesario aplicar el lema “salud en todas las políticas” y fortalecer el trabajo interdisciplinario de defensa de la niñez y adolescencia con énfasis en la mitigación del cambio climático. El trabajo intersectorial es esencial en los sectores de educación, salud, vivienda, agricultura, energía y medio ambiente. Del mismo modo, el papel de los profesionales de la salud y el mundo académico es resaltar los beneficios para la salud de las medidas de mitigación intersectoriales.6
 
http://doi.org/10.5867/medwave.2024.01.2805

domingo, 21 de enero de 2024

ORIGINAL ARTICLES | ARTICLES IN PRESS, 113912

Factores asociados con el uso de broncodilatadores inhalados y corticosteroides orales en niños pequeños con la primera infección del tracto respiratorio inferior


Joy Huang, Angela Moss, Brandy M. Hoyt, John D. Watson, Mark S. Brittan
J Pediatric. Published: January 18, 2024 DOI:https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2024.113912

RESUMEN

Objetivos
Examinar los factores asociados con las reclamaciones y el posible uso excesivo de broncodilatadores inhalados (IB) y corticosteroides orales (OCS) en niños <2 años de edad en la primera infección del tracto respiratorio inferior (LRTI).

Diseño del estudio

Estudio de cohorte retrospectivo que utilizó datos de Colorado All Payer Claims desde 2009 hasta 2019. Se excluyeron los niños con asma. Los resultados primarios fueron 1) reclamaciones de IB y 2) de OCS dentro de los 7 días posteriores al índice LRTI. Los predictores primarios fueron reclamaciones previas de IB u OCS para cada resultado, respectivamente. Las covariables incluyeron datos demográficos, atopia, antecedentes familiares de asma, condiciones crónicas complejas (CCC), reclamación previa de corticosteroides inhalados (ICS) y ubicación del índice LRTI. Se utilizaron modelos de regresión logística multivariable separados para cada resultado.

Resultados

De 10.194 niños elegibles, 1468 (14,4%) tenían un IB y 741 (7,3%) un reclamo de OCS en o dentro de los 7 días posteriores al índice LRTI. Las IVRI índice se produjeron con mayor frecuencia en visitas ambulatorias (OP) (64%). Ajustando por covariables, la prescripción previa de IB se asoció con el resultado de IB (AOR 1,9; IC del 95 %: 1,3; 2,8), y la prescripción previa de OCS se asoció con el resultado de OCS (AOR 2,2; IC del 95 % (1,7; 2,9). Otras variables asociados con cualquiera de los resultados incluyeron edad, sexo, seguro, ubicación y atopia. La reclamación previa de ICS, los antecedentes familiares de asma y el CCC no se asociaron con ninguno de los resultados.

Conclusiones
Este estudio identifica factores que podrían servir como oportunidades para la desimplementación de estrategias para el uso excesivo de IB y OCS en niños pequeños con LRTI.

viernes, 12 de enero de 2024

Crecimiento de organismos contaminantes en lactantes febriles con bajo riesgo de infección bacteriana invasiva


Nidhi V. Singh, Colleen K. Gutman, Rebecca S. Green, Paul L. Aronson, et al

on behalf of the Pediatric Emergency Medicine Collaborative Research Committee Febrile Infants. Health Disparities Study Group
Published: January 11, 2024DOI:https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2024.113910
 
Resumen
En este análisis secundario, transversal y multicéntrico de 4042 lactantes febriles de bajo riesgo, a casi el 10% se le obtuvo un cultivo contaminado durante su evaluación (4,9% de los hemocultivos, 5,0% de los urocultivos y 1,8% de los cultivos de líquido cefalorraquídeo). Nuestros hallazgos tienen implicaciones importantes para mejorar la técnica estéril y reducir los cultivos innecesarios.
 
Palabras clave
Emergency department, blood cultures, urine cultures, cerebrospinal fluid, patient safety